ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO DE LA
REALIDAD VENEZOLANA
Un análisis sociopolítico de la realidad
venezolana se hace necesario a los efectos de conocer el tipo de relaciones
económicas, políticas e ideológicas que presenta, en los actuales momentos, una
sociedad capitalista como la venezolana. Un análisis exploratorio cuyos
resultados nos pueda servir de herramientas para plantear ideas que apunten a
la conformación de una propuesta de un nuevo sistema político alternativo, cuya
materialización nos acerque a los venezolanos hacia ese sueño de una patria
socialista revolucionaria, tal y como lo tenemos planteado en el proyecto
nacional Simón Bolívar. Son varios los enfoques metodológicos que nos pudieran
servir para llevar a cabo tal análisis; se mencionan varios enfoques porque escoger
uno solo sería disponer de tan solo un camino, una postura para observar la
realidad que queremos estudiar. Ciertamente no se puede hablar de un ángulo perfecto
que ofrezca una visión absoluta desde el que se pueda observar y analizar una
realidad, y mucho menos cuando se trata de una realidad compleja y llena de
incertidumbres. Para la realización de un análisis sociopolítico del caso
venezolano, hemos de considerar los siguientes enfoques: Teoría de la
prospectiva política, de la acción social, de sistemas, del desorden y el caos,
y la teoría en construcción que ha presentado recientemente el filósofo
argentino Enrique Dussel, que sintetiza en su libro “20 Tesis de la Política”.
El análisis sociopolítico a través del cual intentaremos aproximarnos a la
realidad venezolana y su relación con el mundo actual, parte de la perspectiva
de las clases populares, los movimientos sociales y actores sociales
progresistas; por tanto no está basado en la visión mediatizada de una minoría
que utiliza los medios de comunicación, sistemas educativos y culturales para
reproducir el modelo dominante. No es la visión de la modernidad capitalista.
Es la visión de un pueblo que trata de encontrar una salida a las
contradicciones existentes en unas relaciones de producción injustas, explotadoras,
heredadas desde hace más de quinientos años, cuando los europeos desembarcaron
en las islas del Caribe, saqueando nuestras tierras, aniquilando a nuestra raza
y reemplazando nuestra cultura por nuevos valores y principios que atribuían a
la razón y al auge de la Modernidad.
Inicialmente, consideraremos la Teoría de la
Prospectiva Política. Existe la imagen deseada de un proyecto de país, plasmada
en la constitución nacional y una visión política definida en el primer plan
socialista, 2007-2013, Proyecto Nacional Simón Bolívar. El pueblo está
participando mayoritariamente, junto a una gama de actores sociales. El
escenario que está planteado a largo plazo es la transformación de la sociedad
venezolana. Existe la coincidencia con el enfoque de la acción social, según el
cual los actores y movimientos sociales influyen de manera decisiva en la
transformación de la sociedad por ella misma, historicidad, según Alain
Touraine. Nuestro modelo, el caso venezolano, incorpora la historicidad en una
sociedad que se encuentra constituida por una serie de jerarquías de sistemas;
y es que estos sistemas están insertos en una sociedad, cualquiera que sea
ésta, en lo local o nacional. Una sociedad que según Touraine, no se define por
su funcionamiento, sino por su capacidad de transformarse. Un aspecto que
consideramos no pertinente respecto a los postulados de Tourain, es cuando
asegura que el “desarrollo de la creatividad práctica” en manos de la sociedad
y de las fuerzas que auspician los cambios, debilita a los garantes
metasociales del orden social representados en la religión y el ejército; pues
sucede que en Venezuela no ha sucedido algo parecido; por cuanto el líder que
encabezó junto a su pueblo la toma del poder, emergió de entre las filas del
ejército, y ese garante metasocial – el ejército- (que otrora en países como
Argentina, Chile, Uruguay mantuvo el orden social plegándose a la clase
dominante), no se debilitó, muy por el
contrario, salió fortalecido al unirse al pueblo y es de esperarse que ha de
mantenerse así por siempre, pues el ejército ha logrado identificarse y
consustanciarse plenamente no con una élite al servicio de la oligarquía
nacional, sino con el pueblo, coadyuvando en la reconstrucción de la patria. En
cuanto a la Teoría del Desorden y el Caos, pensamos que lo que puede significar
orden para un sujeto, grupo u organización, para otros, puede ser señal de
desorden. Como razón dialéctica se señala que en la teoría del Desorden y el
Caos existe una dinámica que separa el orden del desorden y que tal dinámica se
considera el caos. Se puede decir además que indistintamente del modo de
producción capitalista o socialista imperante en una sociedad, siempre habrá
quienes consideren que se vive en una situación de orden y otros que consideren
esa misma situación como de desorden.
Actualmente eso sucede en el ambiente político venezolano, donde quienes hacen
el papel opositor consideran que estamos en una situación insostenible de
desorden total; lo contrario señalamos quienes defendemos este proceso de
cambio de paradigmas relativo a la construcción de un socialismo bolivariano.
Solamente hay un camino para eliminar los males
que nos aquejan: aspiramos al establecimiento de una economía socialista,
acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una
economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y
utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la
producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a
realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a
cada hombre, mujer, y niños. La educación del individuo, además de promover sus
propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la
responsabilidad para sus compañeros hombres en lugar de la glorificación del
poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.
Según la teoría en construcción de Enrique
Dussel, el campo político es toda una complejidad, donde la comunidad política
basada en principios normativos promueve la transformación institucional, la
cual, es la clave para poder lograr un nuevo sistema político, a través de la
praxis de la liberación. Esta praxis de la liberación debe tener esperanza,
aquello que quiero tener, un nuevo paradigma, que no se supone sea el paradigma
de la modernidad. Debe contener además un proyecto político con
transformaciones factibles en el corto, en el mediano y el largo plazo. Tiene
que ser claro en sus estrategias para poder tener una acción transformadora que
signifique proyectos específicos y con mucha eficacia. Con medios adecuados,
tales proyectos se pueden alcanzar. Por consiguiente hay que movilizarse desde
el vanguardismo en la búsqueda de un liderazgo, dejando atrás la vanguardia y
orientándose hacia un sistema en donde la participación sea simétrica y todos
participen por igual en la toma de decisiones. En cuanto a la praxis, está
llamada a ser crítica, ya que debe acabar con el carácter hegemónico de la
clase dirigente. El estado no se supone que ha de desaparecer. Se transforma estructuralmente,
gracias a los cambios tecnológicos en electrónica. El Estado puede devenir con
visos de virtualidad. La estructura del Estado que es rígida y además se presenta
burocratizada, ha generado un proceso institucional desvirtuado. Aunque la
tecnología cibernética, en los actuales momentos puede permitir una
transformación institucional, donde se originen con facilidad procesos administrativos,
tales como normas, leyes, procedimientos, etc.
Con la modernidad, y la revolución francesa,
teníamos: igualdad, fraternidad y libertad. Al hablar de transmodernidad hay
que referirse a: Alteridad, solidaridad y liberación.
La igualdad si la consideramos como alteridad
estamos reconociendo al otro, es decir a la pluriculturalidad. La fraternidad
no debe considerarse como amistad, sino como las oportunidades que todos tenemos, como la
solidaridad con la cual se logra el desarrollo de la capacidades. La libertad
no debe considerarse como el derecho de autonomía, sino como la liberación. Hay
que anotar que de la dominación opresiva se debería pasar a la liberación. La
libertad no se ha de considerar como
libertad individual, sino como un proceso de liberación.
Esta propuesta de Enrique Dussel es relevante a
lo que estamos aspirando en Venezuela. Es un enfoque que propone un nuevo
sistema político como el que nosotros nos hemos fijado como situación deseada. En Venezuela hemos decidido avanzar y
actualmente estamos construyendo la vía hacia el socialismo y hemos iniciado un
proceso de transición en base a los lineamientos del Proyecto Nacional Simón
Bolívar, para construir esa vía hemos contado a favor con la presencia de un
líder, de un movimiento y ahora de un partido que viene realizando serios esfuerzos para organizar un equipo de
gobierno que le permita construir las condiciones objetivas y subjetivas
necesarias para el cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario